HAILEY – Socorro Vargas de Ruiz trabaja en un hotel en Ketchum. Ella quiere algo diferente para sus hijas.
Quiere que tengan carreras.
“Si van a la universidad, pueden tener una carrera”, dijo Vargas de Ruiz. “Tendrán mejores oportunidades”.
Las estadísticas indican que sus hijas se enfrentan a un camino más difícil que sus pares blancos.
En todo Idaho, los estudiantes blancos superan a sus compañeros latinos en lectura, en exámenes estandarizados y en la terminación de estudios universitarios. Aunque poner fin a esta disparidad es un objetivo federal, los líderes de la educación en Idaho en buena medida trasladan la responsabilidad de corregir este problema a los distritos escolares.
En el condado de Blaine, donde la hija menor de Vargas de Ruiz va a la escuela, los resultados son muy disímiles en términos étnicos y socioeconómicos. Si bien los estudiantes del Condado de Blaine superan los promedios estatales, los jóvenes latinos promedian unos 30 puntos por debajo de sus pares en las pruebas estandarizadas, una de las brechas más dramáticas del estado.
El distrito intenta corregir lo que ellos llaman la “brecha de oportunidades” entre los estudiantes blancos y latinos. Bajo la orientación de la superintendente Gwen Carol Holmes, los dirigentes están repensando las prácticas tradicionales y reestructurando la cultura del distrito para prestar un mejor servicio a una población de estudiantes latinos en crecimiento.
“Básicamente, estamos rediseñando un sistema que nunca tuvo la intención de ayudar a todos los estudiantes a tener éxito”, dijo la portavoz del distrito Heather Crocker en un correo electrónico.
Hasta ahora, los resultados son variados. El distrito ha mejorado la participación de los estudiantes latinos en las clases de preparación para la universidad y para carreras profesionales y ha subido los puntajes de alumnos del idioma inglés. Pero los puntajes de las pruebas aún indican una brecha persistente en el rendimiento de grupos étnicos, y los dirigentes señalan que se debe hacer más si aspiran a que todos los niños alcancen un nivel alto.
“Cuando vemos continuamente que algunos niños están aprendiendo y otros no, no estamos cumpliendo con nuestra labor”, dijo la profesora de español de Wood River High School, Erika Greenberg.
Logrando ajustes al cambio demográfico en las escuelas del condado de Blaine
Las escuelas del condado de Blaine han tenido un cambio demográfico significativo en los últimos 20 años, ya que la proporción de estudiantes latinos en Wood River Valley se ha más que triplicado. Este año, el 42 por ciento de los estudiantes son hispanos o latinos.
A veces, el cambio ha provocado oposición.
En 2009, el periódico local, Idaho Mountain Express, informó que algunos padres no latinos estaban sacando a los alumnos de una escuela primaria local donde la proporción de estudiantes latinos estaba aumentando, y algunos estudiantes participaban en inmersión dual en inglés y español.
“Esto es Estados Unidos y hablamos inglés”, dijo uno de los padres al periódico.
Diez años más tarde, todos los estudiantes de esa escuela hablan algo de español en clase. La escuela, que ahora se llama Alturas Elementary, se convirtió en una escuela de doble inmersión en 2014.
“Ocurre un cambio aquí en nuestro distrito”, dijo Deiysi Paredes-Monjaras, maestra de primer grado en Alturas. “Y definitivamente está incomodando a mucha gente”.
Parte de ese cambio fue orientado por la superintendente Holmes, quien ingresó al distrito en 2014.
En su plan estratégico de 2015, la recientemente nombrada Holmes señaló que los jóvenes latinos estaban sub-representados en clases avanzadas, que eran suspendidos más que otros estudiantes y que no cumplían con los mismos estándares que sus compañeros.
Holmes dijo que el distrito ha estado utilizando esa información para “enfrentar esta realidad” en el condado de Blaine.
“El primer paso es asumirla y decir: esto no está bien”, dijo Holmes.
Desde entonces, Holmes ha modificado la estrategia de enseñanza de los estudiantes del idioma inglés; trajo oradores que hablaron sobre temas como la inequidad en las escuelas y formó un comité asesor de personal latino para ayudar a orientar el liderazgo del distrito.
Enfocarse en mejorar el rendimiento de los estudiantes latinos, dijo Holmes, es una manera de combatir los retos que afectan desproporcionadamente a este grupo, incluyendo la pobreza y el acceso al idioma.
Si bien los estudiantes latinos representan menos de la mitad de la población general del distrito, representan más del 70 por ciento de los alumnos que viven en condiciones de pobreza, dijo Holmes.
Los datos del censo muestran que el ingreso medio de los hogares latinos del condado es de $ 20,000 menos que el de los hogares blancos en una zona con una ya significativa desigualdad económica.
El Mountain Express informa que los trabajadores del condado de Blaine, que hacen el mantenimiento de las mansiones multimillonarias y el glamur de Ketchum y Sun Valley, han visto disminuir los salarios a su punto más bajo desde 2005, incluso cuando los alquileres han seguido aumentando. Y el Instituto de Política Económica denomina a Blaine el “condado con mayor desigualdad” del estado.
Esa realidad económica es una carga adicional para estudiantes como Diego Rosales.
Durante parte de su tercer año, Rosales desempeñó tres trabajos simultáneamente para ayudar a su familia a pagar el alquiler, a veces trabajando 30 horas, además de su carga académica de Colocación Avanzada (AP)
“Ocurrió que no podía estudiar”, dijo Rosales. “Hubo momentos en que fui a presentar un examen y no tenía idea, porque había estado trabajando toda la noche anterior”.
A pesar del trabajo, de la lucha contra la falta de vivienda y, en cierto momento, tener que vivir en su automóvil, Rosales se graduará esta primavera con ocho clases de Colocación Avanzada y crédito doble en su haber.
“Lo que quiero hacer cuando sea mayor, cuando esté donde quiero estar, es completamente diferente de lo que estoy viviendo”, dijo Rosales. “Eso es lo que me motiva más que todo”.
El distrito escolar no puede cambiar la pobreza, dijo Holmes, pero puede cambiar las prácticas para ayudar más efectivamente a los estudiantes a tener éxito.
Esa iniciativa a favor del cambio ha afrontado cierta resistencia tanto dentro como fuera del distrito, dijo Holmes. Ella se enfrentó a la negación del grupo que pensaba: “seguramente, eso no podríamos ser nosotros”, y escuchó el estribillo: “Si no tuviéramos estos niños, estaríamos mejor”.
Piensa que el distrito ha cambiado de actitud recientemente gracias al personal motivado que ha animado a sus colegas a unirse a la lucha.
“Hemos avanzado más allá de la idea de lidiar con ‘¿por qué nos está pasando esto a nosotros?’”, dijo Holmes, “a: ‘Esto nos pertenece. Vamos a cambiarlo’”.
Cambiando la cultura del distrito
A lo largo del distrito, los maestros y el personal están evaluando si sus prácticas ayudan a los estudiantes a aprender o si perpetúan un sistema quebrado.
Los profesores de Wood River High School han formado un equipo de trabajo por la equidad dirigido por el personal. Se reúnen periódicamente para evaluar cómo pueden ser más inclusivas las prácticas de la escuela y ayudar más eficazmente a todos los estudiantes a tener éxito.
Esto podría significar un cambio en las políticas con respecto a la entrega tardía de tareas, especialmente para aquellos estudiantes que luchan por buscar tiempo o ayudar en casa. También podría significar evaluar cómo disciplinan a los estudiantes por delitos menores como ser “irrespetuosos”, un concepto ambiguo que cambia de un hogar a otro.
El departamento de inglés está renovando su plan de estudios con la equidad en mente, y enseñando otras obras más representativas que Shakespeare y Las Aventuras de Huckleberry Finn solamente. Y varios miembros del grupo de trabajo dijeron que reclutar y retener maestros latinos para la escuela secundaria debería ser una prioridad del distrito: el año pasado, solo dos de los 73 maestros de la escuela eran latinos, según datos estatales.
“Simplemente incluir el español en todo no resuelve la brecha”, dijo Sarah Allen, miembro del grupo de trabajo.
“O el privilegio blanco, o el racismo institucionalizado”, agregó la trabajadora social Julie Carney.
La profesora de Wood River High, Michel Sewell, inició una serie de clases llamada GRIT (Growing Rigor, Initiative, Integrity and Tenacity Rigor en el crecimiento, iniciativa, integridad y tenacidad)), una especie de sala de estudio destinada a apoyar a los estudiantes que no tienen tiempo para hacer tareas fuera de la escuela, necesitan apoyo para clases avanzadas o podrían ser los primeros en sus familias en ir a la universidad. La clase organiza un seminario semanal sobre habilidades como el manejo del estrés, hábitos de trabajo efectivos y planificación universitaria y profesional. El club de estudiantes Nosotros United, que los estudiantes fundaron para cerrar la brecha cultural y académica en Wood River High, también celebra reuniones los viernes por la mañana en su salón de clases.
Rosales tomó la clase de Sewell en su segundo año para obtener ayuda adicional con su primera clase AP. Sewell no solo le dio tiempo para estudiar, dijo; ella le enseñó a abogar por sí mismo, a veces caminando físicamente con él por el pasillo para hablar con maestros a los que no habría podido abordar de otra manera.
“Si había algo que yo no hacía, ella te apoyaba y te ayudaba a hacerlo”, dijo Rosales. “Ella te ayudará a aprender esas destrezas que puedes utilizar más adelante en la vida”.
Paredes-Monjaras, que enseña español en Alturas Elementary, dijo que muchos de los cambios implementados a nivel del distrito facilitan la participación de los padres latinos en la educación de sus hijos.
La comunicación con los padres es intencional, al igual que la programación de conferencias con ellos para ajustarse a horarios de trabajo comunes. El distrito celebra algunas reuniones en español con interpretación en inglés y recientemente celebró una reunión para padres hispanohablantes el sábado por la noche.
Paredes-Monjares señaló que “hacerles saber a los padres que tienen voz” hace toda la diferencia.
Aunque el distrito está trabajando para derribar las barreras, la comunicación y la participación siguen siendo un reto para ambas partes.
La asistencia fue escasa en una reunión en septiembre que el distrito organizó específicamente para padres de habla hispana este año, donde gran parte de la discusión se centró en cómo podría hacer el distrito para involucrar a un mayor número de ellos.
Algunos dicen que el trabajo sigue siendo un obstáculo para participar en eventos relacionados con el trabajo académico de sus hijos. Y, aunque el distrito cuenta con personal que puede traducir para los padres, una madre les dijo a los periodistas que estaba frustrada con la comunicación en Wood River High School, donde sus intentos de llamar a la escuela en español terminaron con múltiples mensajes de voz no devueltos.
“Debemos continuar trabajando con respecto al desarrollo de relaciones auténticas, sinceras y efectivas”, dijo Crocker.
Cambiando los resultados, un estudiante a la vez
El distrito del condado de Blaine ha mejorado el porcentaje de estudiantes latinos que participan en clases avanzadas y de preparación profesional en el distrito. Y los líderes ven el aumento en los puntajes de los estudiantes de inglés como un signo positivo.
Entre 2014 y 2017, el distrito ha casi cerrado la brecha de estudiantes que participan en al menos una clase de colocación avanzada o de preparación profesional. Parte de este cambio podría deberse a la incorporación de cursos de educación vocacional y técnica a esta categoría, pero los dirigentes dicen que también han aumentado la participación de estudiantes latinos en clases colocación avanzada y de doble crédito.
El cambio de esos datos demográficos implicó un esfuerzo fundamental. Los líderes pidieron a los maestros que hicieran una lista de los estudiantes latinos que estaban comprometidos y entusiasmados con sus cursos, dijo Holmes; luego los profesores se ofrecieron como voluntarios para acercarse a los estudiantes sobre la posibilidad de ingresar a cursos avanzados.
“Se trataba de un chico a la vez”, dijo Holmes.
En este momento, dice Holmes, el distrito solo se fija en cuántos estudiantes están tomando al menos un curso avanzado. Ella sospecha, no obstante, que los estudiantes blancos todavía se están graduando con más cursos avanzados, en general, que los estudiantes latinos.
En los últimos dos años, el dominio de los estudiantes del idioma inglés en el distrito casi se ha duplicado en general, pasando del 9.6 al 20 por ciento en artes del idioma inglés y del 6.6 al 11.2 por ciento en matemáticas.
Holmes cree que un cambio en el modelo de enseñanza conjunta del distrito ha desempeñado un papel importante.
En lugar de separar a los aprendices del idioma inglés de sus compañeros, como lo ha hecho el distrito en el pasado, más alumnos de inglés participan en clases de nivel de grado con la ayuda de un especialista adicional en el idioma inglés.
La profesora de ELL, Tristan Ellison, por ejemplo, trabaja con maestros de matemáticas y ciencias en la Escuela Intermedia Wood River para asegurarse de que su material se presente de forma comprensible para los estudiantes aprendiendo inglés.
“Si ensamblas algo ¿eso qué significa?”, preguntó a los estudiantes en una clase de ciencias de séptimo grado. Les explicó a los estudiantes en español que una pared celular es como una frontera, para la célula. Y se aseguró de hacer participar a los alumnos del idioma inglés, estudiantes que pueden quedar excluidos si los maestros no saben cómo ayudarlos a participar en la clase.
Si bien los logros han sido una señal positiva para el distrito, no han cambiado las brechas decisivas entre estudiantes blancos y latinos en general.
La competencia en matemáticas y lectura de los estudiantes latinos en el distrito ha ido aumentando, así como los puntajes de los estudiantes blancos. Pero, a medida que estos suben para ambos grupos, la brecha de 30 puntos se ha modificado en solo puntos decimales.
Para cerrar esa brecha, dice Holmes, el distrito tiene que ayudar a los estudiantes que están rezagados con respecto a la curva a progresar más, en lugar de quedarse todavía más atrás.
“Esa es una obligación moral para mí. Me preocupa constantemente”, dijo Holmes. “Pero también es lo que me motiva con respecto a lo que hago”.